Por Victor Figueroa
"Box Car Racer" (2002) fue uno de los primeros discos que adquirí en la secundaria. No tuve otro motivo para comprarlo que el hecho que el fundador de la banda del mismo nombre fuese Tom DeLonge, guitarra y voz principal –en ese entonces–del trío Blink-182, cuyas canciones escuchaba a diario a la salida del colegio.
"Box Car Racer" (2002) fue uno de los primeros discos que adquirí en la secundaria. No tuve otro motivo para comprarlo que el hecho que el fundador de la banda del mismo nombre fuese Tom DeLonge, guitarra y voz principal –en ese entonces–del trío Blink-182, cuyas canciones escuchaba a diario a la salida del colegio.
Mi emoción y expectativa por este nuevo material no sirvió
de nada: la primera vez que lo escuché, me quedé dormido a la mitad del disco. No
era la seguidilla de ritmos vertiginosos y letras románticas que solía escuchar
con Blink-182.
Harto, limitado, frustrado. Luego de una década de vender miles de discos, Tom
estaba siendo carcomido por la falta de libertad creativa que había consumido a
Blink-182. Box Car Racer fue su grito de independencia, y se hizo escuchar con "I
Feel So", una canción con una letra llena de impotencia y rabia, pero también común
esbozo de esperanza. Los variados matices de este primer single no son más que
un reflejo del inestable estado emocional de DeLonge, algo que ya no podía –ni
quería– contener.
"There Is" fue el segundo tema promocional del disco. Para los fanáticos más conservadores
de Blink-182, este fue un punto de no retorno: un adiós a la sátira y sueños
adolescentes, y una bienvenida acústica y brutal a la melancolía.
Las
canciones de Box Car Racer no solo rompieron con la ilusión de los primeros
amores, sino con la fe en la vida misma. Es la incertidumbre la que ahora
reina, pero como lo demostró Tom, esta sensación de inseguridad y vacilación es
la que te permite recorrer otros caminos, o aventurarte en mirar con otra
perspectiva lo mismo, si se prefiere.
Temas
como “Letters to God” y “The End with You” son otras muestras del giro que le
dio DeLonge a su propia intimidad, de la mano de unos acordes repletos de dudas
y una enérgica batería gracias al genial Travis Barker. Miedo puro, perplejidad,
indecisión y un impactante sentido de supervivencia es lo que en verdad se logra
transmitir con este material, que finalmente repercutió en las siguientes
proyectos personales de Tom y sus ahora excompañeros de Blink-182.
Muchos temas quedan pendientes: el disco homónimo que sacó Blink-182
al año siguiente; la creación de +44, liderada por el bajista del trío
californiano, Mark Hoppus; la supuesta continuación de Box Car Racer con Angels
and Airwaves y otros asuntos más. Evolución y adaptación. Pero eso requiere
otro post.
Box Car Racer- Box Car Racer
MCA Records - 2002
Dejarlo Salir
4
/
5
Oleh
Jimmy
